Qué bonito, qué bonito. Piotr Ilich Tchaikovsky es uno de los compositores rusos más reconocidos. Nació en Votkinsk, Rusia, en 1.840, y murió en San Petersburgo en 1.893. Su estilo se encuadra en el Romanticismo, a pesar de ser contemporáneo del nacionalismo ruso encarnado por el Grupo de los Cinco. La música de Tchaikovsky es tremendamente expresiva, melancólica, muy personal y un reflejo de la música occidental que se componía por entonces.
Tchaikovsky comenzó a destacar en la década de 1.870, sobre todo tras el estreno del grandioso Concierto para piano y orquesta número 1, una preciosidad romantiquísima. Su situación económica se vio mejorada gracias al mecenazgo de una rica viuda, a la que nunca conoció sino por carta, una condición impuesta por ella. Gracias a esta señora, Tchaikovsky pudo dedicarse plenamente a la composición de sus ballets: El lago de los cisnes, La cenicienta, La bella durmiente y El cascanueces.
Se despidió del mundo a los 53 años, humillado y atormentado por su homosexualidad, con la Sinfonía Patética. Su muerte se achacó al cólera de 1.893, aunque se dice que un noble le hizo beber un vaso de agua infectada tras una sentencia de muerte en una “corte de honor”, como castigo a su condición. Qué drama.
Ahora vamos a escuchar el fragmento de la Danza del Hada Azucarada del ballet en dos actos y tres escenas llamado El Cascanueces. Se trata de un cuento de Navidad de Hoffmann adaptado por Alejandro Dumas padre. En esta historia, la niña Clara celebra con su hermano y sus padres la Navidad. Todos reciben regalos del Padrino, y a ella le toca un cascanueces con forma de soldado. Cuando todos se van a dormir, el cascanueces cobra vida, y lucha en una batalla de soldados contra ratones. El Cascanueces, ahora Príncipe, se lleva a Clara a un país fantástico, donde se bailan danzas españolas, chinas y rusas. El Hada de Azúcar también tiene un número. De pronto, Clara se despierta, pero queda la incógnita de si lo sucedido es un sueño o realidad.
Este ballet, estrenado el 5 de diciembre de 1.892 en San Petersburgo, está compuesto para coro, violines, violas, violonchelos, contrabajos, arpas flautas, oboes, corno inglés, clarinetes, fagotes, trompas, trompetas, trombones, tuba, timbal, celesta, triángulo, castañuelas, pandereta, caja, platillos, bombo, gong, y glockenspiel, acompañados por instrumentos de juguete: un sonajero, cucú y fusil. (¡No conviene olvidar que cada instrumento tiene su propia partitura!).
La Danza del Hada de Azúcar tiene como protagonista a la celesta, un instrumento inventado en 1.866. Es parecida a un piano, pero con placas de metal en vez de cuerdas. La daza es de carácter pausado y ligero, en compás cuaternario. La celesta lleva la melodía principal, acompañada por los pizzicati de los violines y las secuencias puntuales de los cellos. En 1:22 la celesta se derrama, con secuencias ascendentes y descendentes, para volver a retomar el tema principal.
Sara Nieto es una bailarina uruguaya cuyo repertorio incluye más de 100 ballets en roles de Primera Bailarina, y ha protagonizado por ejemplo junto a Julio Bocca El lago de los cisnes, retirándose en 1.996. Parece como si pesara diez kilos, ¿verdad?
Espero que guste. ¡A mí me gusta!
Bailarinas practicando en la barra, E. Degas (1.877)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Muchas gracias por comentar! ¡Hasta la próxima!