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26 de abril de 2013

Una charla-concierto de Daniel y Pablo Zapico (Forma Antiqva)

¡Buenos días! Vivir en una ciudad como Oviedo tiene muchas ventajas; una de ellas es la presencia de un Conservatorio que propone no sólo conciertos de los alumnos sino también actividades muy interesantes. Ayer, Daniel y Pablo Zapico, dos tercios de Forma Antiqva, desgranaron ante estudiantes y curiosos las características y sonoridad de los instrumentos de cuerda pulsada del Renacimiento y Barroco.
Los hermanos Zapico comenzaron señalando la importancia de contextualizar la música antigua y la labor de investigación que ello conlleva: los instrumentos se reproducen a partir de fuentes iconográficas y de las medidas de aquellos que se han conservado en los museos, la mayoría pertenecientes a reyes y nobles, con abundante ornamentación (lo que no resulta un ejemplo de los instrumentos de la época); la técnica se deduce de los tratatos de estética antiguos. Los instrumentos que se usan hoy en día imitan la industria de los luthiers de los siglos XVI, XVII y XVIII. Los adornos del mástil y de la caja están concebidos gracias a la superposición de diferentes maderas. La tapa (parte frontal) es muy frágil, sólo mide dos o tres mm de espesor, y no se barniza, etc.

Los instrumentos de cuerda pulsada del Renacimiento fueron y son la guitarra, la más pequeña, la vihuela, propia de España y el laúd, muy popular en Europa pero no en nuestro país debido a su impronta árabe. Y los instrumentos del Barroco fueron también la guitarra, la tiorba/chitarrone, el archilaúd y el laúd.

La guitarra.
Es un instrumento vinculado a España, porque la "leyenda" cuenta que fue Vicente Espinel (n. 1550) quien adjuntó un quinto orden, aunque esta innovación se debiera probablemente a Fray Juan Bermudo (n. 1510). El instrumento triunfó por la facilidad de la técnica del "rasgueado", que mantiene la mano izquierda fija en el mástil mientras la derecha resuelve el ritmo. Los órdenes estaban hechos de tripa, lo que le daba un sonido cálido y aterciopelado, pero también una fragilidad a cambios de temperatura, tensión, etc. Los trastes no eran fijos: también se trataba de tripa atada alrededor del mástil, con lo cual se podían mover y ajustar al temperamento deseado. Los cinco órdenes estaban constituidos por dos cuerdas cada uno, afinadas bien al unísono, bien a la octava.
La canción de amor (1717), Antoine Watteau (1684-1721)

La tiorba.
Este instrumento pertenece a la familia del laúd, gracias a su caja redondeada. La tiorba se ideó tomando el laúd bajo, y añadiéndole un segundo clavijero. Este clavijero "extra" no tiene trastes y se toca "al aire"; sus cuerdas suenan por grados conjuntos. La caja está construida a partir del ensamblaje de costillas, y su boca resulta de un tallado finísimo de la madera.
Alegoría de la música (1649), Laurent de la Hyre (1606-1656)

Además, los Zapico explicaron brevemente la lectura de las partituras de entonces: las tablaturas, que no eran más que guiones de lo que los músicos variaban. En esta época no se puede hablar de compositores, porque los músicos escribían para enseñar y para que los aficionados interpretasen las obras. Es decir, no vivían de la composición sino de la interpretación. En la tablatura, cada línea no representa la altura del sonido, como en las partituras "modernas": se reproducen las cuerdas del instrumento, y los números adjuntos indican los trastes (el "cero" quiere decir "al aire", sin pisar ningún traste).

Más tarde aparecieron tratados que facilitaban el aprendizaje del instrumento, como éste, que indica la posición de la mano. Se adorna con con un anillo el dedo que no debe pulsar ninguna cuerda.
Esta charla tan interesante estuvo granada de música: un Preludio de Rocalli, Passacaglia, Capona y Ciaccona de Guivanni Girolamo Kapsperger, Jácaras y Marionas de Gaspar Sanz, y Cumbees y Fandango de Santiago de Murcia.
Así suenan:

Espero que os haya gustado. Yo aprendí mucho ayer. Que tengáis muy buen fin de semana.
 Nota: Forma Antiqva actúa el martes 30 de abril en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo, con un programa tutto Vivaldi: la Sinfonía per archi en Do Mayor, y las Cuatro Estaciones.

2 comentarios:

  1. Vaya trabajo que desarrollaste en esta entrada; nos haces aprender. Necesito "leerme la lección" varias veces, merece la pena. Haré lo posible por ir a verlos el próximo martes.
    Gracias, Isa.

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    Respuestas
    1. Todo el trabajo fue de estos chicos asturianos tan capaces... un abrazo muy fuerte, y que disfrutes del concierto si te acercas.

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¡Muchas gracias por comentar! ¡Hasta la próxima!

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