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29 de diciembre de 2009

JOHANN STRAUSS, Marcha Radetzky


Johann Strauss I es el "fundador" de una dinastía de músicos. Nació en Viena (Austria), en 1.804 y murió en 1.849.
Comenzó su andadura musical como director de orquesta, y en 1825 creó la suya propia. Con ella, realizó giras por Europa para divulgar la nueva forma del vals. Compuso 152 valses, siendo el más conocido "Lorelei-Voces del Rin" (opus 154, compuesto en 1.843), y numerosas polcas, galops, cuadrillas y marchas, siendo la más célebre la Marcha Radetzky, opus 228, de 1.848.


Esta marcha fue compuesta en honor al mariscal de campo austriaco conde Joseph Radetzky, quien salvó el poderío militar de Austria en el norte de Italia durante la revolución de 1848-49.
La marcha se transformó en una manifestación del nacionalismo austriaco. Pero a continuación el señor Radetzky reprimió el movimiento revolucionario en Austria, con lo cual la marcha se transformó en un símbolo reaccionario.


Hoy en día, la Marcha Radetzky es un hit del Concierto de Año Nuevo de Viena. Al público le encanta acompañar con palmas a la orquesta, y los directores se muestran encantados, o eso parece, con la ("machacante") tradición.


El vídeo que he subido corresponde al Concierto de Año Nuevo de Viena del 2.009, dirigido por Barenboim, quien se lo toma con mucho humor; Georges Prêtre lo ha dirigido este año, y también ha incluído la marcha en el repertorio.

Como todas las marchas, está escrita en 2/4 ó 4/4, para poder seguir el ritmo, y tiene una presencia importantísima tanto de la percusión como del viento metal. La característica más importante de la pieza es, en mi opinión, el contraste continuo de dinámicas (intensidad). Por supuesto, el público sólo puede participar cuando la orquesta toca en forte ( y ésto se lo toma muy en serio Baremboin).

La marcha comienza con unos redobles de la caja clara, a la que se unen los platillos. Inmediatamente entra la orquesta filarmónica al completo para tocar una pequeña introducción y a continuación (0´18") escuchamos el tema A en piano (suave), con lo que Barenboim hace callar al público, tras lo cual se repite el tema en forte (o´27"), cuando el público, por fin, participa rítmicamente y encantado de la vida con las palmas.
En 0´38" aparece la segunda parte del tema A, más modulante, jugando también con el contraste de dinámicas (intensidad).

En 0´58" volvemos a escuchar el tema A, primero en piano, y luego en forte (1´06").

En 1´17" interviene el "puente", con un cambio de tonalidad a través de los arpegios del viento metal. El puente da paso al segundo tema, el Tema B, más lírico, primero en piano, luego en forte (1´39"), luego otra vez en piano (1´49"), en forte (1¨59"), y luego en piano (2´09"). Ya comenté que la obra se basa en el contraste de volúmen, ¿no?

A los 2´18" llega otra vez la introducción y el tema A en piano, y se repite en forte (2´32"), con las consiguientes palmas; en 2´42" da paso a la segunda parte del tema A, modulante, en forte, repetido en piano , y seguido de un crescendo (aumento de intensidad) para en 3´00" desembocar en el tema A en piano, que se transforma en forte en 3´10".
Y así termina la obra, después de cinco millones trescientas mil repeticiones en piano y forte. No lo había comentado, pero Strauss la compuso en dos horas, la misma tarde del estreno (y eso tiene que notarse...) ¡FELIZ 2.010!











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